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Lo que hay detrás de la prostitución en Cali: así es la vida de Merci Castaño

Cali de noche

Por: Juan Carlos Rivas, Karina Sánchez  y Valentina Benítez, integrantes del Semillero de Periodismo de la UNIAJC (Cali)

Sus cejas son gruesas y tupidas, rímel en exceso que se corrió por el sudor del calor de Cali que termina en sus pestañas, las que llevan a su mirada ingenua y fragmentada. Un reflejo que la obliga a hacer un viaje de introspección por su memoria esclava del pasado del que intenta escapar, como si se tratase de una competencia atlética que necesita ganar sin importar los obstáculos que hay a su paso.

La misma mirada que cada vez que se va a ese inmenso cofre de recuerdos opacos, hace que cada una de sus etapas vuelvan a retomar aquel miedo que su memoria se ha encargado de ignorar o quizás es ella la que se resigna a darle a la vida el derecho de rememorar. Pero al volver su mirada viene cargada de un inmenso dolor y repulsión que la obliga inmediatamente a moldear la expresión de su rostro y a ser sumisa nuevamente.

Su trabajo

Por el ambiente en su trabajo en Cali se le ve ligeramente agitada. Suspira, saluda, y como si se tratara de un relato dramático y en respuesta a algunas preguntas comienza a contar su historia:

  • Mucho gusto, Merci Castaño
  • ¿Cuánto tiempo llevas como trabajadora sexual?
  • Desde muy jovencita, a mis 18 años empecé.
  • ¿Cómo conoces este ambiente?
  • Por medio de mis necesidades y como desde los 4 años fui abusada, nunca vi un hombre como para tener algo con él, siempre lo vi como él me vio a mí, como un objeto sexual y a los 18 años prácticamente comencé en esta vida.

Mientras tanto, Merci no deja de coger sus manos con ansiedad. Se acomoda una y otra vez en esa silla roja que hace juego con sus labios carmesí, parece incómoda pero sede ante su nerviosismo para seguir contándonos de su vida y trabajo.

  • ¿Alguna vez has sido acosada siendo trabajadora sexual?
  • Casi no lo veo como un acoso, sino que le preguntan a uno cuánto vale y cuáles son tus servicios y ya. No permito que me acosen por lo que viví desde niña. Si no quiero, no y ya.

Sus pensamientos siempre vuelven a aquella nefasta experiencia que la vida le brindó, es como un susurro en su conciencia aferrándose a sus miedos.

  • Cuando yo tenía solo 4 años, un hombre llegaba a mi casa y abusaba de mí y me decía que era satanás, que me iba a matar, que iba a acabar con mi vida, con mi familia. Entonces me creó una mujer temerosa y un poco nerviosa.

Una forma de vida

Merci es una mujer robusta, de tez clara aunque con la piel manchada; de caderas anchas, las mismas que alguien compra por horas para satisfacer lo que como ella diceson sus necesidades; las mismas que llevaron vida por 9 meses. Sus curvas desembocan en sus pies cansados de llevar esos tacones altos y plateados. Tiene puesto un vestido negro con escote pronunciado y espalda descubierta que a juzgar por sus detalles y la distancia de la tela, deja muy poco a la imaginación.

Aunque es el objeto del deseo de otros también es consciente que hay alguien afuera de ese lugar que le dice mamá, pues hace 8 años trajo un ser que es de las marcas buenas de su vida.

Una lucha complicada en Cali

A pesar de que no se le ve sonreír con frecuencia y de su complicada existencia, luchar por ella misma se le hace difícil. Es por eso que cuenta:

Creo que estoy mal porque además tomo medicamentos para la ansiedad, para descansar. Me logró hacer bastante daño porque esto yo lo tomo hay veces como una incapacidad mental. No hay capacidad para algo más.

¿Alguna vez alguien se te acercó de manera humana e intento ayudarte?

– Jamás, nunca, nadie, nada.

¿Crees que como sociedad deberían estar más pendientes de estas situaciones?

-Pues sí, estar muy pendientes de nuestros hijos para que no les vayan a hacer daño, que no les vayan a crear un trauma porque llegar a esta vida es un círculo vicioso, como caer en drogas o cualquier otro.

¿Te gustaría recibir ayuda?

– Por supuesto, claro, quisiera también retirarme de esta vida, tener una vida normal al lado de mi hijo y mi mamá.

¿Qué consejo le darías a las personas que han sido abusadas siendo trabajadoras sexuales?

– Que no tengan miedo, que denuncien porque así nosotras estemos aquí nadie nos puede maltratar ni nada. Somos seres humanos normales que prestamos un trabajo al hombre y usted sabe que es así porque hay mucho pervertido; mucho degenerado en la calle también, que uno no sabe y de pronto aquí vienen y sacian y ya pueden calmar esa ansiedad ¿no? Digo yo.

Un mejor futuro

Merci busca refugio y ser cuidada, necesita que alguien le dé ese abrazo que no recibió; que le brinde ese apoyo que nunca tuvo. Más que desesperación por salir es un alma que necesita ser consolada, es esa niña que llora en su cuarto después de ser abusada queriendo ser curada. Es mucho más que el objeto del placer de hombres que piden su servicio.

Muchas gracias por estar pendiente de nosotras-, concluye, en algún rincón de Cali.

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