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¿Por qué se siente bien acariciar perritos?

Cuando acariciamos a un perro se genera un hormigueo en el cerebro. Lo más probable es que nunca te hayas dado cuenta ya que es una sensación muy leve, pero con beneficios innumerables para nuestra salud mental y física.

En la Universidad de Basilea en Suiza, investigadores han descubierto que acariciar, abrazar y dar palmaditas a nuestros amigos peludos son verdaderamente terapéuticas. Ya que esto incrementa la actividad de la corteza prefrontal que es la encargada de regular las emociones y relaciones sociales.

Es como estas muestras de afecto tan naturales hacia los perros puede llegar a ayudarnos a batallar contra la ansiedad, depresión, y otros padecimientos relacionados con la motivación.

Los científicos consideraban que esta sensación se debía a la familiaridad entre el perro y su dueño. Por naturaleza, al hecho de sentir que es alguien importante en nuestras vidas, y nos hace felices tener su compañía.

Con este nuevo estudio han podido demostrar que acariciar a cualquier perro genera efectos positivos en el cerebro. Es por esto, que hasta el cachorro del vecino podría ser de mucha ayuda para controlar el estado de ánimo.

Para esta investigación, trabajaron con 19 personas que no tenían perros para demostrarlo. A todos después de interactuar varias veces con un perro, se les midió la actividad en su corteza prefrontal.

Los participantes, en su primera sesión solo pudieron observar al perro en cuestión. En la segunda, solo podían tocarlo mas no acariciarlo. Y en la tercera sesión fue que finalmente pudieron abrazar y darles palmaditas a los perros antes de pasar a la última fase en la que debían estar neutrales.

Para la realización de estas sesiones, los investigadores reunieron a tres perros de diferentes razas y edades: un Golden Retriever de 4 años, un Jack Russell Terrier de 6 años, y un Goldendoodle de 4 años. No obstante, los resultados de las mediciones que hicieron con un dispositivo de espectroscopia de infrarrojo fueron semejantes.
En el momento que todos los participantes acariciaron al perro, la corteza prefrontal de sus cerebros se activó. Mostrando que, los voluntarios estaban más atentos y emocionalmente comprometidos.

Al realizar la última sesión, los científicos decidieron hacer la prueba con un peluche para ver si los participantes sentirían lo mismo, el peluche imitaba la temperatura corporal de un perro. Pero, el resultado demostró lo que esperaban, nada puede reemplazar a estas mascotas peludas.

Cuanto mayor sea la interacción con los perros, mayor será el aumento de la actividad cerebral. Adicional, estos estímulos duran varias horas después de ya no estar con el perro.

Con esto, tienen pruebas irrefutables de que los perros son animales terapéuticos, al comprobar que estos animales pueden minimizar el estrés, la presión arterial y la frecuencia cardíaca.

Es por esto, que ahora para los científicos pasar tiempo de calidad con un perro es algo fundamental para las personas con depresión, ya que podría ayudar a que controlen su estado de ánimo.

Por eso, aprovecha el tiempo que tienes con tu perro, tu cerebro te lo agradecerá.

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