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Aprender a amar para vivir

Aprender a amar para vivir. A nadie en pleno siglo XXI se le puede escapar la importancia que tiene el amor y el sexo para alcanzar y mantener una buena calidad de vida. Amar, tanto en el plano sentimental de estar enamorado como dentro del concepto sexual de hacer el amor, es un pilar fundamental para alcanzar la felicidad, para sentirse desarrollado y poder disfrutar de una vida en plenitud.

La calidad del sexo, en este sentido, se vuelve como un bien de excelencia para alcanzar ese aspecto vital de calidad. Una calidad que se encuentra tanto en el autodescubrimiento, con la masturbación y la exploración personal, como en el contacto sexual con otras personas, ya sean con escorts en Lima o una pareja estable en Cusco, ya sea del mismo o de distinto sexo, con uno, dos más participantes…

No hay límites para el autodescubrimiento, siempre y cuando lo que se haga con alguien más cuente con su pleno consentimiento. No hay que poner muros a la creatividad si con ello mejoramos la calidad de vida, sobre todo si entramos en ámbito amoroso y sexual. Es necesario, por tanto, saber qué se quiere, explorar estos mundos, ya sea en soledad o acompañado.

Cómo explorar la sexualidad

Explorar la sexualidad va más allá del placer que produce el tacto sobre la piel y la estimulación de las zonas erógenas. Aunque mantener una relación con escorts en Arequipa que se anuncian en Skokka puede ayudar mucho en este sentido, el concepto no se limita al simple placer carnal en sus muchas posibilidades.

El camino se recorre también conociendo las alternativas que transitan por nuestro pensamiento. Hay que explorar las ideas y conductas sexuales desde un punto de vista personal, libre de todo tipo de complejos y prejuicios, más psicológico, sin engaños. Tomar por completo las riendas de nuestra propia sexualidad no consiste únicamente en la búsqueda de placer, sino también el simple hecho de quererse y respetarse.

Es sano y es nuestro derecho probar y disfrutar, explorar y descubrir. El cuerpo nos pertenece y nadie puede decir qué es lo que nos conviene o nos debe gustar, querer tener más sexo y de mejor calidad empieza únicamente por uno mismo, sin la tensión, la aprobación o el consejo de nadie más.

El amor propio

Por lo anteriormente descrito, debemos tener claro que la exploración sexual es un camino que todos deberíamos recorrer para estar más cerca de la felicidad, y comienza por quererse primero y antes que a nadie a uno mismo. El amor y el placer sexual solo llegarán incompletos si no se ha logrado superar este primer escalón. La confianza y seguridad en uno mismo son productos del amor propio, y esta es la puerta para conseguir el amor de otras personas y el disfrute sin límites del sexo.

En este sentido, en el del sexo, no debe concebirse como una competición, algo que la sociedad habitual es propensa a impulsar, es, o debería ser, el intento de trascender lo físico. Para lograrlo, el respeto y el conocimiento de nuestro cuerpo y de nuestra mente es obligatorio.

Por este motivo, no hay que caer en la trampa de probarlo todo porque eso demuestra libertad y curiosidad. Sobre todo, en el aspecto femenino, tantas veces reprobado, ocultado, maldito… solo se deberá probar y experimentar con aquello que realmente nos gusta, nos atrae y realmente se quiere hacer. Esto es, definitivamente, lo que nos convierte en dueños y dueñas de nuestro cuerpo, mente y destino.

La libertad sexual

Caminar por espacios sin límites, como ya se ha comentado, no lo da ninguna persona conocida, ni el estado ni ninguna creencia o filosofía. La liberad sexual nace desde lo más profundo e íntimo de cada uno de nosotros y nosotras. El primer paso para conseguir esa independencia es darte el permiso que necesitas y que solo tú puedes darte.

Somos conscientes que la educación, el sistema social que nos rodea, la formación consciente o inconsciente que vino de la familia… nos ha esculpido y somos en una gran proporción todo eso que llevamos dentro. La exploración conseguirá eliminar las limitaciones impuestas, los tabúes absurdos que impiden nuestro movimiento, por esto es muy importante que te des el permiso para comenzar a tirar y desmontar barreras.

Buena prueba de esto la hemos tenido todos al tener deseos o fantasías que hemos tratado rápidamente de alejar de nuestra mente porque pensamos que no está bien, que entra en conflicto con tu educación, con los ideales que crees tener…

La libertad sexual da su primer paso cuando diseccionas estos impedimentos, y calibrada y conscientemente, desde la madurez actual, decides si merece la pena mantenerlos o es hora de enviarlos al ostracismo de una vez por todas. El segundo paso no es otro que el de reescribir las reglas, de sentirse libre para conocer y disfrutar de esos placeres que, a pesar de haber permanecido ocultos, siempre han estado ahí.

Tócate, deja que te toquen, salta al vacío del placer con el paracaídas del respeto y disfruta plenamente.

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