Y cuando todo me falla, solo es cuestión de mirarle
Ese creo que es el balance que he descubierto. Un mal día mejora cuando veo su cola agitarse de lado a lado. Solo es cuestión de mirarle.
Mientras escribo esto, lo tengo sentado a mi lado. Hace un par de años lo recogí en otra ciudad en una pequeña caja en la que solo llevaba una rana verde que no le duro mucho tiempo. Creo que tenía poco más de dos meses. Sus ojos me mostraron toda la nobleza y el amor que tiene para dar. Mi mejor amigo de cuatro patas ha estado en cada momento, de forma fiel e incondicional.
Creo que no hay nada en el mundo que me cure más que su mirada. Que el mundo se me venga abajo y él no pueda comprenderlo, ni magnificarlo. Pero veo su mirada y me acuerdo de la nobleza que hay en el mundo. Recuerdo que la felicidad no es exterior sino interior. En ese momento, agita su cola y simplemente se queda a mi lado esperando a recibir una caricia y darme uno que otro beso.
El mundo siempre podrá venirse abajo. Podrá fallar o caerse, pero mientras cuente con su mirada, las cosas seguramente serán más hermosas.
Más contenido relacionado con Entérate Cali