Dracula cumple 25. “Yo soy el monstruo al que los hombres vivos matarían”
Dracula de Coppola es el film que más acerca a la esencia del libro.
Dracula by Bram Stoker se estrenaba hace un cuarto de siglo, catalogada como el largometraje que más se acerca al original. En 1992 la carrera de Francis Ford Coppola, el director de The Godfather (1972), y Apocalyse Now (1979), parecía acabada. Sus malas decisiones creativas en cuanto a proyectos y el golpe financiero que significó Apocalyse Now, lo dejaron en quiebra. American Zoetrope, produtora que había fundado con los éxitos de taquilla de El Padrino y su segunda parte, estaba liquidada. Justo en ese momento, cuando solo le quedaba retirarse y acogerse a la ley de quiebras, apareció su salvavidas. Los productores sabían que Coppola solía tomarse libertades con los guiones, lo que llevaba a inflar enormemente los presupuestos y eso los hacía dudar. Pero el gran director ítalo-americano llevó a cabo un impecable trabajo, sacando partido de ese gran clásico de la literatura.
El reparto actoral fue estelar, de absoluto lujo, destacando Gary Oldman, Keanu Reeves, Anthony Hopkins, Wynona Ryder y Monica Belluci. La puesta en escena fue excelente, recreando ora el Londres decimonónico, ora el medieval castillo, inquietante y terrorífica morada transilvana. La historia de Dracula es universalmente conocida, un guerrero cristiano cruel en extremos horribles al combatir a los invasores turcos.
El personaje de Dracula existió en la Rumania medieval.
Su esposa Elisabeta se suicida al creerle muerto en combate y, Vlad Dracul decide ponerse al servicio de la oscuridad. Luego la trama se traslada a la Inglaterra victoriana, elegante y cosmopolita, el lugar más importante del mundo en ese momento. Dracula es un personaje atractivo para el cine, siendo su primer largometraje donde aparece Nosferatu (1922) de Friedich Murnau. 100 años de películas de vampiros y aún las masas no se cansan de la atrayente figura del no muerto.
El film tomó un riesgo grande al rodar las encarnaciones del vampiro en el libro, pero su trabajo fue de antología. Tanto que la academia le otorgó un Oscar, así como al sonido y al vestuario, solo la escenificación no ganó. Destaca la actuación del actor Gary Oldman como Vlad Dracul, que pasa de un irascible guerrero a un dandy inglés. Y no podemos dejar de mencionar a la leyenda Anthony Hopkins, que encarnaba a un muy creíble doctor Van Helsing.
Un año antes había ganado el Oscar y fue su personaje fanático el que galvanizó la cacería contra el nosferatu. Este Dracula copoliano puso un punto muy alto para todos los filmes de vampiros posteriores, aún no ha sido superado. El film fue todo un suceso en esa temporada, recaudando globalmente más de 200 millones de dólares de la época. Cimentó las carreras de varios de sus actores y le dio a ese fantástico libro epistolar, el largometraje que merecía.